Las ventajas de un almacén automatizado son tantas que, en muchos casos, ha pasado de ser una simple opción a convertirse en prácticamente una necesidad para todo aquel negocio que busque ser competitivo. Los almacenes automatizados pueden trabajar bien con pallets o bien con cajas; de cualquier manera, se trata de almacenes donde toda la operativa se encuentra mecanizada y en gran medida bajo control mediante dispositivos electrónicos e informáticos. A continuación se detallará en qué consisten así como en las principales ventajas que tiene para el control de stock o la mejora de la productividad, entre otras.
La automatización de un almacén puede considerarse como una solución enfocada en mejorar el rendimiento de todas y cada una de las operaciones logísticas que se realizan en un almacén. Dicha automatización se hace a través de dispositivos de control de mercancías que buscan agilizar todo el proceso relacionado con ellas así como todos los tiempos y nexos que existen entre los diferentes pasos. Entre las operaciones que pueden automatizarse en un almacén están las siguientes:
Las ventajas de un almacén automatizado buscan cumplir con una serie de aspectos importantes que pueden responder a diferentes necesidades. Fundamentalmente, puede hablarse de tres escenarios posibles en los que es necesario implementar un almacén automatizado. El primer criterio a tener en cuenta es la logística: muy especialmente desde la aparición del modelo de negocio electrónico o ecommerce se ha hecho necesario transformar los almacenes que les sirven de sustento. La razón es que dicho tipo de comercio requiere de una serie de plazos más exigentes en cuanto a control que los de un negocio convencional, clásico o presencial. Concretamente, las dos exigencias que tienen este tipo de comercios requieren de aunar plazos cada vez más breves con márgenes de error cada vez más cortos. En este sentido, un buen criterio para saber si es buen momento para implementar la automatización es saber si se debe mejorar con alguna de esas dos necesidades.
En segundo término, puede hablarse de un escenario de aumento de demanda o de aumento de variedad en el tipo de pedidos. Este punto puede definirse de hecho como escenario de aumento de complejidad: aumenta el tipo de pedidos que se atienden o bien aumenta su número, lo cual de hecho podría estar relacionado con el primer escenario.
En tercer término está la pura necesidad de ser más competitivos. Puede parecer que un negocio no requiere el cambio significativo de implementar un almacén automatizado si todavía funciona “al modo clásico”. Sin embargo, esa sensación no se ajusta en realidad a los procesos que se vienen produciendo desde hace unos años y que llevan la inercia de todos los sectores a la transformación de sus almacenes con el fin de ser más competitivos. Por ello, y a pesar de que pueda ser una inversión grande, es a todas luces necesarias para el futuro aunque no sea completamente manifiesto en la actualidad.
Un almacén automatizado posee numerosas ventajas frente a uno de funcionamiento clásico o convencional. Dichas ventajas afectan a todos los órdenes del funcionamiento del propio almacén y, como consecuencia, también a todos los órdenes del propio funcionamiento de un negocio a lo largo de toda la cadena que le conecta con sus clientes. De hecho, una de las ventajas principales es precisamente que también incide en la capacidad que un negocio tiene para captar nuevos clientes a causa de su eficiencia.
Así pues, en primer lugar puede mencionarse el aumento de la eficiencia como primera ventaja: un almacén automatizado puede mejorar la productividad de una empresa y hacer que se mitiguen muchas de las dificultades que aparecen en los llamados picos de actividad: estos picos general normalmente el caos en el momento en el que más necesidad de eficiencia hay. Gracias a que simplifican enormemente el trabajo, pueden aliviar también la dureza del mismo al hacer que se eliminen muchas tareas que no aportan valor al producto. Igualmente, la automatización de un almacén también tiene ventajas en cuanto a optimización del espacio: es capaz de organizar mejor todos los procesos y, con ello, poder trabajar con menor cantidad de mercancías más organizadas. Al mismo tiempo, es capaz de liberar gran parte del espacio de un almacén que tradicionalmente se ha dedicado a tareas que requieren de más tiempo. Este ahorro del espacio y del volumen de mercancías necesario repercute también en los costes, añadiendo la ventaja de reducir costes de almacenamiento en un negocio. El hecho de mejorar el propio proceso productivo simplificándolo aumenta la productividad y mejora el tiempo de respuesta del negocio frente a su demanda.
Un almacén automatizado es capaz de llevar a cabo un control del stock más eficiente y, con ello, es capaz de coordinar mejor todos sus procesos. Dicha coordinación no es solo más beneficiosa para el propio negocio, sino también para todas las empresas que colaboran con él encargadas, por ejemplo, del transporte y la venta de producto. Procesar pedidos se vuelve una tarea más ajustada a la demanda y, por lo tanto, más eficiente y más ajustada a los posibles costes que puedan producirse.
Por añadido, tal y como se ha mencionado la automatización de procesos en un almacén disminuye la cantidad potencial de errores. Eso se traduce en una mayor satisfacción por parte del cliente y en un factor que repercute directamente sobre la capacidad de fidelizar clientes de la empresa. En definitiva, puede decirse que un almacén automatizado es capaz de atender un volumen mayor de pedidos, una complejidad más alta en todos los procesos y, al mismo tiempo, un mayor pico de demanda. Todo ello gracias a hacer los procesos más sencillos, más eficientes, más asequibles y más seguros para los propios trabajadores.